martes, 1 de julio de 2008

Amar en tiempos difíciles

Después de la tormenta siempre llega la calma pero sé que después de tí no hay nada......lo decía Alejandro Sanz en una canción.

Y así estuvimos un tiempo (casi un año), entre calma y tempestades. Vivíamos el día a día bien pero siempre había uno que era diferente, o bien porque nos ibamos a lanzarote o bien porque volvíamos o bien porque sí. En cualquier momento podía surgir la añoranza, o moriña gallega, que hiciese que todo nuestro mundo se tambalease por unos cuantos días. Oí muchas veces "no aguanto más, me voy", a lo que yo respondía "de acuerdo". Siempre he tenido claras dos cosas: una es que la quería y otra que no le pondría pegas si decidía irse. Sabía cuando empecé con ella que yo no podría irme allí en mucho tiempo y que si llegabamos a algo sería porque ella viniera, pero tambíen sabía que era muy complicado para ella y que iba a sufrir, bueno ibamos a sufrir, y que yo estaría ahí cuando me necesitara.

Hubo momentos realmente malos, muy malos y ahí fue donde empecé a ver que el amor mueve montañas, que nos lleva a hacer cosas que no sabemos que somos capaces de hacer y aguantamos dolores que no sabíamos que podíamos aguantar. Hubo momentos que desee que se fuera. Me partía el alma verla así. Estaba rota por dentro y por fuera. Dejó de ser persona y me culpé por ello. No creí merecer ese sufrimiento.

Pero hubo un punto de inflexión, un terrible punto de inflexión.
Era verano y se fue de vacaciones a su casa. Yo pensaba que no volvería más y que si volvía sería para recoger sus cosas. Pero una llamada le cambió los planes de futuro. Esa llama fué mía. Eran las 8 de la mañana. Fue para decirle que había muerto mi madre. Sin ninguna enfermedad. En cuestión de 10 minutos se fué. De estar juntas riendo a morirse. Sólo habían pasado 4 horas desde que la dejé en casa....y se fué. Me dejó sola. Nos cambió la vida a todos: a mi padre, a mi hermano, a mi, a mi hijo,a mi abuela.....No he sentido tanto dolor en mi vida.
Esa llamada nos unió más que nunca. Seguimos teniendo nuestras dificultades pero las hemos afrontado con otra cara y con otras ganas. Con la ganas de saber que la vida no espera por nadie. No espera a que tú decidas ser feliz, ni a que encuentres el camino. Así que o eres feliz por el camino o no lo serás nunca.

No volveré a ver a mi madre nunca y eso me oprime el pecho, pero sé que cada paso que doy ella está conmigo. No con su alma ni con su espíritu sino con el recuerdo que yo tengo de todo lo que ella es en mi vida y con la tranquilidad de saber que ella apoyaría todo lo que estoy haciendo.

Un beso mamá. Te quiero.

5 comentarios:

Elena Armengol Villarrubia dijo...

La verdad, es que tiene que pasar algo duro de verdad para que relativicemos lo verdaderamente importante, como la muerte de un ser querido. Así es el ser humano. Los comienzos nunca son fáciles. Al principio sí lo parece porque ambas partes ponen toda su buena voluntad, pero después empezamos a relajarnos y a ser más uno mismo, con tus manías y costumbres. Esa es la verdadera prueba de fuego. Si se supera esa fase y se encuentra el término medio, en el que ambas partes han cedido un poco, la cosa empieza a funcionar de verdad. ¡Y si no que se lo pregunten a la santa de mi "señora", que yo soy un desastre con la casa!Menos mal que tengo otros encantos, que si no...
Os sigo leyendo,besos

Edea dijo...

Tienes toda la razón, encontrar el medio es muy dificil pero no sólo para esto sino para todo en la vida.

Muchas gracias por tu comentario y dale recuerdos a tu "santa señora" jaja.

Besos

Anónimo dijo...

Qué fuerte que haya tenido que ser algo tan grave! Pero es lindo ver que son una pareja que ha sobrevivido tantos devenires!
Espero se den una vuelta por nuestro blog, ya leí de arriba abajo el suyo y me encantó!
atte.
Ana
http://dosmamis.blogspot.com

Edea dijo...

Muchas gracias Ana por tu comentario, ya te añadí a mi lista de blogs y voy leerte de continuo.

Un saludo y espero sigamos viéndonos por aquí.

Besos, Edea.

Esther de la Rosa dijo...

Hola Marrosita,

Es la segunda vez que lo leo y he vuelto a llorar. La verdad es que la vida nos pone bretes muy complicados. No podemos evitar sufrir y nunca se está preparado para algo que no sabemos que va a pasar, pero sí (como tú bien dices) tenemos que tratar de ser felices en el momento actual, eso sí que depende de nosotros en gran medida. Lo que pasa que es triste pensar que tiene que pasar algo muy gordo en tu vida para darte cuenta de esto. Y lo malo es que no sirve de mucho que te le cuenten, es necesario sufrirlo en tus propias carnes. Yo sé que lo has pasado francamente mal, pero también sé que has aprendido algo muy importante que ha reforzado tu relación de pareja y ha hecho cambiar tu perspectiva ante la vida en general. Tu madre no va a volver pero puedes hacer que lo que tienes dure el mayor tiempo posible. Disfrútalo que no sabemos qué va a psar máñana.

Un beso wapa y un beso a tu madre donde quiera que esté.