Las cosas aparentemente iban bien, no me puedo quejar, me trataba muy bien y me sentía querida pero había algo en mí que me decía que me faltaba algo, no sé muy bien el qué, es más creo que hoy tampoco sé que es. Las cosas se complicaban por varios frentes y finalmente hice algo que no debí hacer sin pensarlo unas 10.000 veces o alguna más. El caso el que tenía a mi pequeña conciencia, mi amiga C., que me dijo unas cuantas veces que no lo hiciera...ays si te hubiese hecho caso C. cuantas cosas no habrían pasado!
Encontré un gran refugio en casa de mis padres que aunque no entendían muy bien qué estaba pasando siempre han sido mi gran apoyo y la mitad de mi cerebro, sin ellos yo no soy nada...No hacían demasiadas preguntas y cuidaban de mí como cuando era una niña. De L. no les hablé la verdad, fue pasando poco a poco a formar parte de mi día a día y mis padres lo fueron pillando poco a poco. Yo creo que les sorprendió mucho el que me hubiese enamorado de una mujer, creo que hubiesen imaginado que yo en mi vida haría cualquier cosa menos eso...pero yo soy así, una caja de sorpresas.
En fin, que una vez pasado que ví, sentí y entendí el odio de mi familia política pasé a luchar por algo en lo que creía, mi relación con L. estaba empezando y tenía que alimentarla.
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